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Recordando al siempre sonriente Rafael DeLossantos

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Rafael DeLossantos, 23, fue sepultado el 29 de octubre en Freeport, rodeado de su familia, amigos y conocidos cuyas vidas él tocó durante su infancia y adultez en Long Island.

DeLossantos nació el 30 de noviembre de 1997 en el Winthrop University Hospital en Mineola de su madre Claudia DeLossantos, 49, y padre Juan DeLossantos, 54. Claudia y Juan son inmigrantes—en 1989 Claudia se mudó a los 17 de Guatemala y Juan, a los 16 de la República Dominicana. Sin embargo, DeLossantos se crió en North Baldwin, ya que éste fue el primer lugar donde residieron sus padres cuando llegaron a los EE. UU.

DeLossantos asistió a la Escuela Primaria Plaza, la Escuela Intermedia Baldwin, la Escuela Secundaria Baldwin y dos años en Nassau Community College. Claudia lo recuerda como un niño enérgico, incluso hiperactivo, que no creció de eso. Aunque no le apasionaban los cursos escolares, y sus calificaciones eran más altas que el promedio, amaba las matemáticas.

La razón por la que DeLossantos tenía tal inclinación por las matemáticas, supuso Claudia, "Es una combinación de que mi esposo es un hombre de negocios y quiere ser como mi esposo cuando sea mayor". Juan ha sido propietario de varias lavanderías, incluida una que vendió en Baldwin y otra que actualmente dirige en Freeport.

Claudia recuerda que cuando tenía apenas cuatro años, DeLossantos veía la caricatura SpongeBob SquarePants y comparaba a su padre con Mr. Krab, un cangrejo que era dueño del restaurante Krusty Krab.

DeLossantos también fue un atleta estrella. Jugó béisbol para Baldwin Little League y fútbol americano como corredor con los Baldwin Bombers, que llevó a su primer campeonato contra Massapequa, así como con Nassau Community College. También practicó boxeo y lucha libre.

DeLossantos y su familia frecuentaban la República Dominicana, la tierra natal de su padre, y cuando tenía alrededor de 12 años, tuvo la oportunidad de practicar su lucha libre. Claudia le contó al Herald cómo DeLossantos acudió en ayuda de su primo cuando una adolescente trató de besarlo y acosarlo.

"¡Tenía que salvarlo!" le dijo a su mamá después de que ella lo regañó por ponerle una llave de cabeza a la niña, unos tres años mayor que él, que intentó agredir a su primo. “Él siempre nos salvó”, es lo que repetirían sus primos a lo largo de la vida de DeLossantos.

Su vecino y amigo, Jeffrey Domínguez, se crió con DeLossantos y compartieron aventuras infantiles similares. Cuando tenían alrededor de siete u ocho años, se escaparon de la casa mientras el abuelo de DeLossantos los cuidaba. Su familia los buscó durante lo que parecieron horas, sólo para encontrarlos escondidos debajo de una pila de hojas frente a la casa.

Gabriella Foster, 31, su prima, recuerda a “Raffy” como positivo y siempre sonriente. También recordó su disciplina hacia la salud y el bienestar. Cuando ella le preguntó recientemente cómo se puso en tan buena forma, él le dijo, “Poco a poco, confía en el proceso”.

Asimismo, la tía de DeLossantos, Nora Villeda, 58, le dijo al Herald: “Siempre fue una persona tan humilde, dulce y respetuosa”. Y cuando ella elogiaba lo guapo que era, él respondía, "Tía, tú también eres muy bonita".

Además de ser un superhéroe para su familia, la música era otra de las pasiones de DeLossantos. Instaló un estudio en el sótano de la lavandería de su padre, donde grababa su propia música rap, inspirada en Post Malone y Pop Smoke de Brooklyn, además de hacer comentarios políticos durante los años de Trump.

Después de sus dos años en NCC, DeLossantos pasó aún más tiempo en la lavandería de su padre. DeLossantos y sus padres habían llegado de forma natural y voluntaria al mutuo acuerdo de que él se haría cargo del negocio.

Claudia y Juan habían planeado jubilarse en 2020 y mudarse a República Dominicana, donde tienen algunas propiedades en alquiler. Entonces, DeLossantos se habría quedado completamente a cargo de administrar el negocio de su padre en Freeport, donde había comenzado a trabajar a los 14 años.

Sus padres también habían discutido el futuro y el bienestar de su hermano menor Daniel, 23, que es autista no verbal, cuando se hicieran mayores o no estuvieran cerca para poder cuidarlo. “No te preocupes por eso, mamá--te tengo”, DeLossantos constantemente le decía para tranquilizarla.

Todos los miembros de su familia estuvieron de acuerdo en que DeLossantos era el pacificador, nunca entretenía ningún drama, como un "alma mayor". “Era un ser humano amable, que provenía de una familia buena y amorosa; nos enseñó lecciones de vida para hacernos mejores personas”, dijo Claudia.

DeLossantos murió como víctima de la violencia armada el 25 de octubre. Los perpetradores fueron identificados, arrestados y procesados el 11 de diciembre. Ambos hombres están acusados de robo en primer grado y asesinato en segundo grado.

Su familia quiere, sobre todo, “justicia divina y terrenal”. Claudia, quien conoce bien el sistema legal como oficial correccional en Mineola, pide a la comunidad que alce la voz y muestre su presencia en corte para que DeLossantos, cuyo propio nombre significa “de los santos”, finalmente pueda obtener justicia.